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 Orgulloso Amor:: (InuKag)

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linaeinu_love
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MensajeTema: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeMiér Feb 24, 2010 4:46 am

Hola a qui esta uno de mis mas nuevos fics
espero que les guste

Besos a todos y disfruten!!! lol!

///




INTRODUCCIÓN



-Lo siento señorita Higurashi...- Escuchaba ella que el entrevistador le decía. Había escuchado tantas veces esa frase que casi podía terminarla.- Por el momento no necesitamos a una diseñadora…

Y ahí estaba el resto de la frase. Definitivamente esa no era su semana. Parecía que en ningún lugar necesitaban a alguien que diseñara la imagen de su empresa.
Suspiró. Se sentía horrible, pero aun así sonrió al encargado, él le dio sus respectivas disculpas y la acompaño a la salida.
-Es el mismo procedimiento en todas partes…-Se dijo un poco molesta mientras caminaba por las calles. Siempre era lo mismo; llegaba, la entrevistaban, quedaban sorprendidos por su excelente currículum, la elogiaban por sus marcados logros, por la belleza de su rostro. Observaba como se la comían con la mirada. Y aun así siempre había un pero, “Lo siento señorita Higurashi…” Así comenzaba su tormento. Nunca era suficiente lo buena que era en su trabajo o en su apariencia. Era como si algo le faltara, y no lo entendía. Jamás había recibido quejas en sus demás trabajos, hacia todo con una perfección y limpieza exquisita. –“Demasiada perfección…”- Le dijo su voz interna.
Tenía que encontrar un trabajo. Había renta que pagar. Sin mencionar gasolina, luz, agua, gas, comida, sus lentes de contacto que ya comenzaban a molestarle…
¡¡Eran demasiadas cosas!!

De nuevo suspiró. Llego hasta su auto, subió y permaneció allí, pensando. Tendría que visitar la sección de trabajo del diario de nuevo. Era difícil encontrar una vacante para diseño empresarial. Comenzaba a creer que hubiera sido mejor estudiar derecho, de esa manera sería más fácil encontrar un trabajo decente.
Después de todo, ¿Quién no necesita a un abogado en estos días?

Considero por un tiempo el regresar a su antiguo empleo. Pero el solo hecho de volver con ese pervertido viejo… Uy no, le daban escalofríos. Ese había sido el motivo de su renuncia –“De su despido…”- mas bien.
Fue demasiado dramático lo que paso en verdad. Bueno, eso depende de a quien le pregunte.
Su “respetado” jefe, no era más que un pervertido mano larga. Que al rechazar su “Posible Ascenso” decidió despedirla, alegando que ella se le había ofrecido, que era una cualquiera.

Eso fue lo que él les conto a todos en la empresa, y que desgraciadamente muchos creyeron.
No quería pensar en eso. Habían pasado ya casi cuatro semanas y necesitaba conseguir un empleo.
-No puedo dejar que sigas pagando todo tu sola Sango…- Susurro ella a la nada.
No podía seguir viviendo con su amiga quien le ofreció vivir juntas en un departamento de lujo. Ella tenía dinero hasta por las narices, eran diferentes en todos los aspectos.

Sango era hermosa, de familia rica y noble, con un futuro asegurado en riquezas y viajes por el mundo. Y ella, era pobre, una chica que tenía que trabajar para ganarse la vida. Que en cada empleo solo despertaba el deseo en sus superiores. Tenía toda una lista de cómo habían sido sus anteriores trabajos, pensó que entrando a una empresa donde el que mandaba era un anciano de 80 años que está casado y hasta nietos tiene todo sería diferente. Pero vio que no.

Le sorprendió mucho cuando Sango (la nieta de su jefe) le creyó a ella y no a su queridísimo abuelo… al parecer no era la primera vez que el viejito hacia eso xD.

Y así fue como comenzó su “nueva vida”. Sango la ayudo a mudarse con ella. Le dijo que lo sentía como unas mil veces, aun no estaba segura de si ella se volvió su amiga porque le agradaba o porque sentía lastima por ser ella pobre.
En fin…

Le gustaba su forma de ser. Se sentía orgullosa de ella, el ser tan rica no la había hecho arrogante ni soberbia, al contrario. Era humilde, amable y le gustaba ayudar a los demás.
-Conserva el departamento Kagome…- Le había dicho varias veces. Pero ella era muy orgullosa, le serviría mucho el no tener que preocuparse por pagar renta pero no podía aceptarla.
Llegaron a un acuerdo. Kagome viviría con ella. Pero cada semana le entregaría la renta como si viviera en un hotel. Esto molesto mucho a Sango. En cada momento decía que no necesitaba el dinero. Pero la Miko no la escuchaba.

Sacudió su cabeza un poco y alejo esos recuerdos. Encendió el coche y se fue. Su auto comenzó a hacer ruidos extraños, como si se estuviera ahogando, pero aun andaba. Al llegar a “su casa” lo revisó. Definitivamente necesitaba otro coche aunque podría arreglarlo. Pero para eso necesitaba dinero que no tenía.
Frustrada subió al edificio. Se daría una ducha y dormiría un rato, necesitaba un poco de calor, el frio aun no se le quitaba, y paz antes de volver a la cacería de trabajo, y de salir afuera con esos horribles 5 grados.

Despertó alrededor de las 9 de la noche asustada. Había tenido pesadillas de nuevo, a demás un ruido en la puerta la sobresalto, no pudo ni gritar ya que vio como su amiga entraba en la habitación con una sonrisa y una bolsa café en las manos.
-Buenas noches…- dijo la chica sentándose a su lado.- ¿Tienes hambre?
-Mucha…- contesto Kagome sonriendo.
-Entonces es buen momento para comida china.-Dijo ella sacando de la bolsa los paquetes. Le dio un plato y comenzó a comer.- cuéntame cómo estuvo tu día…-Siguió hablando ella.

Kagome suspiro por tercera vez en el día. Comenzó a contarle todo, como siempre es lo mismo en todos los lugares donde va a pedir trabajo y los recuerdos que tuvo en la mañana.
-Mi abuelo es un cerdo…-dijo la chica haciendo una mueca de disgusto.-¿Sabías que engañaba a mi abuela con cuanta mujer bonita se encontrara? Y cuando mi abuela lo descubrió quiso divorciarse, pero mi abuelo le pidió perdón y después de un tiempo ella accedió y le dio otra oportunidad… hasta hace un mes que lo intento de nuevo contigo…-Se detuvo ella viéndola a los ojos.- Sabes algo Kagome, creo que hay una manera de que esto tenga un lado bueno…
-¿De qué hablas?- Le dijo ella dejando de comer.
-Pues que las empresas dan una indemnización a sus empleadas si son acosadas sexualmente.
-¿Qué?- exclamó ella ahogándose con un tallarín.- ¿De verdad?
-Si…-Continuo ella.- Lo único que tienes que hacer es ir a recursos humanos y presentarles tu caso. Después de todo llevabas trabajando allí 3 años, tienen que pagar por tu trauma!- bromeo ella.
-Pero… ¿No será muy vergonzoso?- pregunto sintiendo pena por las caras que pondrían todos en la oficina.
-Claro que no amiga, al contrario. Seria penoso quedarse sin hacer nada, estarías demostrando que mi abuelo tenía razón.
-Eso jamás!-Grito ella levantándose de la cama.- aquí la acosada soy yo. No ese viejo pervertido! Em… lo siento Sango…-Dijo ella al ver como su amiga bajaba la cabeza.
-No te preocupes. Yo lo entiendo, a demás tienes razón, estoy segura que debo tener varios primos por todo Tokio.- bromeo de nuevo.- Entonces…-Dijo tomando su mano.- ¿Lo harás?
-Mañana mismo!-Grito animada apretando la mano de su amiga. No tenía idea de que había hecho para merecer a tan buena persona como su amiga. Bueno no solo su amiga, ella no la consideraba tan poco. Sango era la hermana que siempre quiso tener. La hermana mayor que siempre quiso. Ya que ella tenía solo 19 años. Mientras que sango contaba con 22. Resultaba extraño pero así era. Kagome había entrado a trabajar a la empresa como asistente de diseño mientras terminaba de estudiar. Con solo dieciséis años ya sabía cómo manejar todos los aspectos de la imagen de la empresa. Así cuando cumplió los 19 le ofrecieron un puesto en el equipo, apenas lo pudo creer. Se sentía muy feliz. Estaría trabajando en un lugar que le gustaba, la paga era muy buena, y sobre todo. No tenía problemas con nadie de allí.
Ya había visto a Sango antes. Siempre llegaba todos los días a la oficina de su abuelo a visitarlo. Después se daba una vuelta por las oficinas a saludar a todos.
Hasta a ella. Se dio cuenta que despertaba en Sango una ternura que ni ella entendía. Le recordaba a su hermanita, que había muerto hace muchos años. Pero ella aun la extrañaba. Se hicieron amigas muy rápido. Sango la invitaba a comer y salían juntas a pasear. Era una muy buena persona.
-¿Entonces Kagome… A pesar de la compensación que te darán mañana… seguirás buscando empleo?-Pregunto Sango viéndola a los ojos.
-Por supuesto que si amiga…- Aclaro ella.- No puedo permitir que todo lo pagues tú.
-Pero eso no me molesta en lo absoluto, a demás estoy más que encantada con que vivas conmigo Kagome, ya lo sabes.
-Pero a mi si me molesta Sango… Ya te he dicho que siempre he vivido sola. Todos los problemas que he tenido, las deudas que he pagado lo he hecho yo. Nunca nadie me ha ayudado.-Termino de decir Kagome.
-Pero ahora me tienes a mi…-le dijo la Taijiya.- Así que entiéndelo de una vez por favor, ya no estás sola.

Kagome parpadeo. Aunque su orgullo fuera tan fuerte, era cierto, ya no estaba sola, tenía a su amiga para apoyarla y ayudarla, tenía en quien confiar, Sango era su única familia.
-Lo siento…- Se disculpo ella abrazándola.-Tienes razón.
-Muy bien.- Respondió Sango sonriéndole emocionada.- ¿Eso significa que vas a dejar esa ridiculez de querer pagarme por la luz, el agua, gas, gasolina y la renta del departamento?
-Aunque me sienta un poco mal pues… si, ya no te daré nada de eso.-Dijo rendida.
-¡Perfecto! Entonces aunque no quieras mañana cuando regreses de la oficina iremos a comprar ropa, maquillaje, y como veo que tu viejo cacharro no funciona, un auto nuevo no te vendría nada mal.
-¡Alto Sango!- La detuvo ella aterrada.-No necesitas comprarme nada de eso.
-Claro que si, te lo mereces, además no es nada. Es lo menso que puedo hacer por ti amiga, así que no discutas, mañana iremos y eso es todo.
-Mi auto funciona perfectamente…-Alego ella haciendo un puchero.
-No me importa…-Respondió Sango sonriendo triunfante.
-Bien, entonces buenas noches… -Dijo la Miko recostándose en la cama.
-¿Qué? ¿Tienes sueño otra vez? Pero hace una hora que despertaste!
-Si, pero acabo de comer, y eso me provoca sueño, así que buenas noches…
-Eres una floja Kagome…- Le dijo la chica saliendo de la habitación. Sonrió con ternura por el gran paso que había dado su amistad en ese momento. Sabía lo mucho que le costaba a Kagome confiar por completo en alguien y ella lo había logrado hoy. De esa manera, paso por paso, la ayudaría en todo lo posible, así Kagome lo quisiera o no.

En la mañana se despertó con un ánimo completamente diferente. Como si nada de ayer hubiera pasado. Sonrió.
Tenía tiempo ya de no hacerlo por ninguna razón. Se metió al baño y tomo una ducha, desayuno y se arreglo.
Antes de marcharse dio un vistazo a la habitación de Sango. La chica dormía como tronco. De no ser por sus estruendosos ronquidos juraría que no respiraba.
Salió del edificio y se dirigió a su coche. La sonrisa de su rostro no desaparecía, y ahí fue cuando el auto no encendió…

-Sango tenía razón…- De dijo la chica suspirando al ver que su coche no tenía remedio. Podría irse en taxi pero le saldría muy caro, y no permitiría que Sango le pagara más cosas. Tampoco podía despertarla. Lo único que le quedaba era irse en autobús.
La idea no le molesto, ya que había pasado casi toda su vida yendo de un lado a otro de esa manera. Camino hacia la parada más cercana y espero.
Comenzó a pensar en cómo reclamaría su indemnización aun sentía un poco de pena pero tenía que hacerlo. Ahora tienes abogados Kagome… Eso fue lo que le dijo Sango. Le había conseguido a todo un equipo de abogados, y por demás, un seguro de vida.
A veces su amiga le daba miedo… mucho miedo xD.

El ruido de un motor la regreso a la realidad, el transporte público había llegado. Subió y pago su boleto. El lugar estaba casi vacío.
-Por lo menos…-Se dijo ella. Fue hasta atrás y tomo asiento.

No supo en que parte de la cuidad iban cuando vio que un chico subió. No era un chico en verdad, ese hombre tan apuesto no podría ser un niño. Era alto, de cabello plateado, tan largo que le llegaba casi a la cadera, iba de traje negro y lentes oscuros. Se sintió intimidada por la impotente presencia de ese ser. Hasta pena sintió por su ropa… el vertido negro que llevaba era hermoso… pero estaba oculto bajo el enorme abrigo que traía encima. También usaba botas de tacón y medias.
Su cabello venía bien peinado y su rostro pues… solo se había pintado los labios para evitar que se le secaran por el frio.
Pero más aumento su pena ya que el extraño parecía querer sentarse en la última fila donde estaba ella.

De todos los lugares vacios que se encontraban en el autobús tenía que usar precisamente el que estaba al lado suyo…-Se dijo Kagome un tanto nerviosa. Lo asientos no eran muy grandes. Y podía sentir el calor que emanaba el cuerpo de ese hombre de cabellos plateados.
Ella lo miro de reojo. Se veía muy elegante como para ir en transporte público, le recordaba a esos ejecutivos que llegaban a su trabajo en limusinas o en autos de lujo que ellos conducían.
Se dio cuenta que no llevaba un maletín, en sus manos solo se encontraban los guantes de piel que traía puestos.
De repente el volteo y la miro. Ella casi salta de la impresión, de ser porque llevaba gafas se sentiría más nerviosa. Por lo menos no veía sus ojos.
Como pudo se volteo para otro lado, se sentía como una niña tonta y avergonzada. Era una adulta! No una puberta de secundaria. Tomo valor para volver a mirarlo, el aun seguía observándola. Vio como el levanto su mano y con un movimiento lento el hombre se quito los lentes oscuros.

Un par de hermosos y misteriosos ojos ámbar se dejaron ver en el rostro de ese apuesto joven. Podía calcularle unos veintiséis, veintisiete cuando mucho.

Tenía una mirada poderosa. Muy pesada y penetrante y no sabía porque eso la ponía tan nerviosa. El no se daba cuenta del enorme trabajo que le costaba a ella el dejar de mirarlo.

Era como si el no la dejara liberarse de su mirar tan profundo. Comenzó a sentir calor a pesar de los 4° grados a los que el clima estaba.
Quería saber quién era ese hombre, quería saber cómo se llamaba, preguntarle por que la veía de esa manera, quería…
-Avenida Nakamura!

Escucho a una voz decir a lo lejos. De no ser porque ese nombre le sonaba demasiado no se habría dado cuenta que esa era la calle en la que tenía que bajarse.
Reacciono como si la hubieran asustado, logrando así zafarse de la mirada a de ese tipo.
Se levanto como pudo de su asiento y se dirigió a la salida.
Había bajado el primer escalón cuando sintió que alguien la tomo de la cintura, una fuerza desconocida la volteo por completo y luego unos brazos la tomaron tan rápido que sintió el calor de un cuerpo pegado al suyo. Se encontraba asustada, iba a decir algo, levantar su cabeza y ver al que la estaba abrazando así.
Pero no pudo.

Abrió la boca para soltar algo… un grito, una exclamación. Cuando unos labios fríos la besaron.

Cerró los ojos asustada, no quería que eso fuera un sueño.
Parecía una fantasía hecha realidad, y si era así no quería abrir los ojos. Ese hombre que la besaba la acerco más a su cuerpo, la rodeo por completo con sus brazos besándola con más profundidad y ahí ella le correspondió.

Cuando sus labios fueron al fin liberados.
Abrió sus ojos con desespero para ver quién era el causante de que sus rodillas temblaran y que no recordara su propio nombre.

Vio con gran sorpresa al poseedor de esos ojos ámbar que la miraban fijamente. Con un deseo que estaba segura reflejaban esos hermosos ojos dorados.
El levanto su mano y toco su rostro con una ternura exquisita. Ella cerro lo ojos para profundizar la caricia y al abrirlos se encontraba en la calle, viendo como el autobús se marchaba, llevándose con él al extraño hombre que la había besado.
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lawrence saidakus
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MensajeTema: Re: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeLun Mar 01, 2010 5:46 pm

jiji
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MensajeTema: Re: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeDom Mar 21, 2010 6:01 pm

qe lindoo!!
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MensajeTema: Re: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeMar Abr 06, 2010 5:41 pm

KYAAAAAAAA!!!!!!!!!!! QUE LINDO!!!!!!!!!!
CONTINUALO!!!!!!!!!!! AMO LEER FICS!!!!!!!!!!!!! ME ENCANTA!!!!!
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MensajeTema: Conti XD   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeMar Abr 06, 2010 6:19 pm

CAPITULO 1


-¿Por qué hice eso?- Se preguntaba por quinta vez el chico de cabellos plateados. No podía creer lo que hizo. No entendía por qué tuvo que besarla. Esa chica pequeña y hermosa lo volvió loco en el momento en que la miró.

Le sorprendió mucho aceptarlo. El era muy orgulloso, si una mujer le gustaba por lo general no lo demostraba, se portaba frio e indiferente. Después de todo para él las mujeres no importaban. Esas simples personas solo estaban ahí para la lujuria y en su caso satisfacer sus deseos.



Pero al verla… ¿Qué había pasado con él? Aunque le costaba admitirlo, le gusto, y mucho.

Quería más… más de esos labios que lo recibieron sin objeción. Era estúpido desear eso, después de todo, ni siquiera sabía quién era ella. No sabía si la vería de nuevo. Era un idiota. Si tan solo no se hubiera dejado llevar por sus deseos tan primarios…



Sacudió su cabeza para despejarla un poco. Aun faltaba para llegar a su "trabajo". La chica tenía solo 5 minutos de haberse bajado, y ya la extrañaba!

Tenía que haber una forma de verla de nuevo…

"-Y besarla otra vez…"- Le dijo una voz.



Eso lo enfureció. El era un hombre, no un chico de preparatoria. Podía tener a cualquier mujer que quisiera con solo chasquear sus dedos. Era poderoso y muy pero muy rico.

Era uno de los multimillonarios más importantes de todo Japón por dios santo! Podía con una desconocida, aunque en sus 27 años de vida no había sentido nada igual al besar a una mujer…

Podía con eso. Se dijo a si mismo tratando así de convencerse y volver a su usual control de sus emociones.



Llego a su trabajo al fin.

El enorme edificio se abría paso en el firmamento. La empresa de publicidad mas importante en la cuidad y la más famosa y poderosa también, del cual él era dueño.

Al bajar se sintió como siempre, la fuerza y confianza que había tenido toda su vida regreso cuando vio como sus empleados lo veían con respeto y admiración, como las mujeres se lo comían con los ojos.

Su ego soltó una exclamación, de nuevo era él.

Entro a las instalaciones y observo complacido como todos allí caían a sus pies.

-Buenos días señor Taisho…-Le decían todos, el claro no respondía, era demasiado cansado tener que responderles.

Además… "Solo con solo verme es suficiente…". Pensaba él.


Subió al ascensor y espero, siempre iba solo. Ninguno de los trabajadores se atrevía a acompañarlo."A molestarlo". El era quien daba las órdenes y todos lo sabían.

-Inuyasha, al fin llegas!-Escucho que una molesta voz decía cuando las puertas del ascensor se abrieron. Demonios… Siempre era lo mismo. Su fastidioso socio siempre lo recibía así.

-No me hables con tanta confianza, Miroku…

-Vamos… ¿Por qué tan frio? ¿Acaso no me quieres?-bromeo el haciendo un puchero.

-Claro que no idiota…-Refunfuño el hanyou por la payasada que acababa de decir el monje. Sonrió por la bienvenida. Miroku no solo era su socio. Era su único y mejor amigo. Lo abrazo de una forma rápida y formal, pero el mensaje era claro.

Miroku lo abrazo con gusto, esa rutina de "el señor frio" lo divertía mucho. Después de todo al final siempre terminaba abrazándolo, eran amigos de casi toda la vida, se consideraban hermanos. Y eso le importaba mucho.

Lo malo era que no había nadie allí para que notara eso. El último piso era solo de ellos. Salvo por la secretaria. Si su socio era frio, esa mujer era un tempano de hielo puro. No entendía que era lo que veía Inuyasha en ella.



Bueno, si entendía, ese cuerpo que tenía era devastador. Su rostro era pálido y muy bello, era una mujer muy bonita no lo dudaba. Pero su carácter hacia que uno la viera como lo que realmente era, una harpía.



Suspiro y sonrió de mala gana a la chica que lo veía sin ninguna emoción. Por un momento pensó en irse y darles un "tiempo a solas". Inuyasha siempre le hacia un ademan con la mirada, aunque no decía nada, solo con verlo le hacía saber de la manera más clara que se largara de ahí para que el pudiera hacer lo que quisiera con ella.



Pero esta vez no. Entro directo a su oficina sin siquiera mirar a la harpía. Casi explota en carcajadas al ver por primera vez como el rostro de la mujer mostro una pequeña emoción… estaba furiosa.

Sonrió aun mas entrando a la oficina con Inuyasha, tuvo que haberle pasado algo para no haber querido su tiempo de calidad con la secretaria.

-Muy bien amigo…- Comenzó el sentándose frente al escritorio.- Dime qué fue lo que te paso…




-Muchas gracias…- Decía Kagome por tercera vez a la encargada. No supo muy bien cómo fue que logro llegar a su antiguo trabajo, apenas y recordaba a que iba para allá.

"-Y todo por culpa de ese cretino besucón…"- Se dijo aun molesta. No sabía cómo explicar el mar de sensaciones que la recorrían. Debería haberlo cacheteado, gritar cuando menos, apartarlo siquiera por el atrevimiento.

Si, debería… pero no lo hizo.

Ese beso le había gustado, no podía decirse que no. Su corazón aun latía como loco y sus labios no regresaban a la normalidad. Estaban un poco hinchados y fríos.



Había entrado a las oficinas de Recursos Humanos nerviosa. No había hablado para hacer una cita y no quería que se hiciera una escena, esperaba que pudieran atenderla y que no se burlaran de ella.

Fue rápido.

En el momento en que le avisaron a la jefa de RH que ella estaba ahí le dijeron que pasara. Eso la sorprendió, no creyó que sería tan pronto.

-Paso Kagome, siéntate.- Le sonrió la muchacha. Tenía una voz muy aguda y la miraba curiosa y un tanto emocionada.

Gracias… Ayame.- Saludo ella a su vieja compañera.

-Veo que al fin decidiste venir a reclamar lo que mereces amiga…



Kagome parpadeo. No esperaba que ella le dijera eso. ¿Cómo sabia la razón por la que había vuelto? ¿Acaso Sango les había contado? Imposible, ella no haría eso. Tosió un poco para ocultar su asombro.

-No diría merecer…- Comenzó ella.- Mas bien necesitar.

Tonterías Kagome…- La interrumpió la chica cruzando sus brazos.- Te mereces por lo menos una muy buena indemnización, y aunque nuestro repulsivo jefe no quería darte nada, el gobierno y su contrato dicen lo contrario. Debe pagarte.- Termino ella viendo a la Miko.

-Pero el jefe es el Ayame, ¿Qué no es quien toma las decisiones aquí?- Pregunto confusa.

-No del todo Kagome, la cosa esta así: El como jefe de esta empresa administra todo, se encarga de los problemas financieros y de sacar adelante a sus empleados. RH por otro lado decide quién entra y quién sale.- Hizo una pausa y la miro fijamente.- Pero, cuando hay un caso de acoso sexual hacia cualquier trabajador, se debe pagar por ese delito… y si el acosador es el mismísimo jefe pues… podría darte hasta la empresa si decides pelear por ello amiga.



Esto último no se lo esperaba. ¿Qué le den la empresa por lo que paso? ¿Cómo podía decirle eso? Ella solo quería que le dieran una cifra decente que le ayudara en sus gastos.

Podría luchar por eso. Los abogados que Sango le había otorgado eran de la firma más importante de Tokio, sabía que podrían ganar el caso pero… ¿Para qué? Ella no quería ser dueña de una empresa, aunque la idea de ser su propia jefa no le desagradaba en nada. Pero al pensar en que dejaría sin legado a la familia de Sango… Que podría perder su fortuna…

No gracias Ayame… -Respondió la Miko.- Lo único que quiero es mi indemnización. Yo no vine a quitarle más de lo que debe darme el señor Onigumo. Solo quiero eso para poder irme.- Termino ella viéndola un tanto ofendida, se sentía como una ladrona solo al considerar esa posibilidad. No haría eso jamás, la empresa había pertenecido a la familia de Sango desde que su bisabuelo la fundo. Ella no era una caza fortunas.

-Eso pensé Kagome…- Fue lo que le dijo la chica sonriendo con ternura. Kagome siempre había sido así. A pesar de lo joven que era trabajaba más de lo que lo hacia la mitad del edificio, no era avariciosa y le gustaba ayudar a los demás.

Ella por supuesto que no le había creído al viejo ese sobre lo "fácil" que resulto se su mejor trabajadora. No era la primera vez que ese viejo hacia eso.



-¿Entonces porque…? –pregunto ella confundida.

-Digamos que quería asegurarme.- Respondió la secretaria.- A demás, llevo esperando desde ese día a que tu llegaras y me pidieras lo que, como ya dije, te mereces.- Termino ella de decirle a la Miko, se levanto se su escritorio y salió de la oficina sonriendo. Eso dejo a Kagome extrañada, la chica parecía estar muy feliz y emocionada. Sonrió con ternura por su vieja amiga. Nunca había tenido problemas por los cuales te llaman a esas oficinas, pero las conocía muy bien. Venía a visitarlas en los pocos momentos que tenía tiempo libre, y ellas eran muy amables, un equipo muy bien preparado.



Ayame regreso con una carpeta que el entrego a la Miko. Su sonrisa era mas grande, noto ella. Se acerco a donde Kagome estaba sentada y espero a que ella lo mirara.

-¿Qué es esto? –pregunto ella.

Es tu indemnización amiga.- Comenzó a decirle.- a pesar de todos esos ceros en el cheque yo considero que te mereces mas…- Dijo ella refunfuñando mientras veía como la chica abría la carpeta.

Kagome leyó el papel. Era una disculpa escrita por el gobierno. Una carta de la dirección de diseño y por ultimo un sobre blanco que tenía su nombre impreso. Lo abrió para ver su contenido y casi se le iba el alma al ver lo que venía dentro.

Un cheque con la mayor cantidad de ceros que había visto en su vida era lo que sostenían sus manos.

Miro a Ayame impresionada, temía que fuera una broma, su amiga le sonrió asintiendo y ahí ella se dio cuenta de que era verdad.

La cantidad de $100'000,000. Millones de dólares era lo que decía el pequeño pedazo de papel. No podía creerlo, era demasiado! ¿Y su amiga decía que deberían darle más? ¿Cómo podían darle más que esa terriblemente exagerada cantidad?


-¿Cómo…? -Susurró ella viéndola aterrada.- ¿Cómo es que…?

-Tranquila Kagome, eso solo es una pequeña cifra de lo que en verdad mereces, fue lo que el jefe soporto darte.

-¿El Director? –Pregunto aun en shock.

-Si… -Dijo con desprecio.- El viejo solo quiso darte eso. Vivieron unos abogados a verlo anoche, como eso de las 10:30 pm a demandarlo por acoso sexual. Le entregaron el documento y estuvieron en su oficina por más de una hora y cuando salieron ya venían con el trato hecho, solo faltaba que RH lo aceptara. Y yo por supuesto que lo hice…- Le sonrió.- No sabía que tenias abogados Kagome.


Ella la miro atónita. ¿Un grupo de abogados demando al Director? Pero si ella no les había comentado nada a ellos.

A menos que…

Suspiró. Sango había sido, por supuesto que sí, ella misma lo había dicho. "Ahora tienes abogados Kagome".


De seguro lo hizo cuando salió de su habitación. Después de todo, con solo una llamada el equipo legal se ponía en acción.

-Em… lo siento, es que aun no me acostumbro a la idea…- Se disculpo ella. Le sonrió nerviosa por todo lo que acababa de pasarle. Ayame se acerco a ella sonriéndole y la abrazo.

-Espero que esto ayude a calmar tus problemas amiga…- Le susurró la chica besando su mejilla.

Kagome la miro agradecida pero contenta. Ayame siempre había cuidado de ella. La extrañaba mucho, pero no podía volver. La abrazó también y se despidió un tanto triste, guardo la carpeta en su bolso y salió de ahí.

Al llegar a la calle sentía una opresión en su pecho que parecía no querer abandonarla. Eran demasiadas cosas…

Todo eso pasaba tan rápido que, ella simplemente no podía digerirlo.

Su nueva vida con Sango, el hecho de sentir que cada vez perdía un poco de su independencia, las compras que harían al llegar a casa. El tipo ese que la beso en la mañana…

Y ahora tenía consigo lo que era la cantidad más grande que había visto en sus 19 años de vida!

Todo eso en solo unos días…


Suspiro de nuevo para calmar su frustración, pero no sirvió de nada, solo hizo que comenzara a temblar y que sus ojos lloraran.

No quería eso, no quería sentirse así de nuevo, ya llevaba bastante tiempo sufriendo por cosas que si merecían la pena. Se había prometido no volver a llorar, al menos no donde alguien pudiera verla. ¿Y qué hacia?

Lloraba como una niña por que acababa de darse cuenta que tenia una vida nueva y una pequeña familia de dos integrantes, tenía un hogar hermoso, una fila de abogados que pelearían por ella hasta con los dientes, un seguro de vida que la protegía, un desconocido que la había besado regresándole aunque sea en pequeña cantidad el romance en su vida, y por si fuera poco, tenía toda una fortuna en su bolso.

Si… lloraba por todo eso.



Se sentó en una banca para consolarse un poco. No podía con toda esa mar de emociones sola, saco su teléfono y marco.

-¿Sango…?- susurró con la voz quebrada.- ¿Puedes venir por mi…?




-Y el pervertido soy yo… - Decía el monje sonriendo impresionado al escuchar lo que su amigo le decía.

-Claro que lo eres...- Lo miro el.- No puedes acusarme de pervertido solo por besar a una chica, tú haces mucho más que eso.- Dijo el hanyou en su defensa.

Le había contado a Miroku lo que había pasado en la mañana, sabía que su amigo lo ayudaría, siempre podía contar con él.

-Cierto…- Aseguro el sonriendo. Aunque desde hace meses que no se portaba como antes…. Tenía que demostrarle a una hermosa chica que podía estar con ella y solo con ella. Lo lograría, estaba seguro. Después de todo, el monje pervertido en todo su esplendor, se había enamorado. Parpadeo para volver a la realidad y poner atención al problema de su amigo. Lo miro pensando.- Solo tengo una pregunta…- Comenzó el.- ¿Por qué lo hiciste?



Inuyasha lo miro. No sabía que responderle. El mismo no tenía ni idea de lo que había pasado en ese momento.

-No lo sé… -Respondió el siendo honesto. Se levanto de su asiento y fue hacia la ventana, ahí miro al horizonte, como la cuidad entera se movía. A las miles de personas que caminaban por las calles. Aunque se venían muy pequeñas. Solo quería distraerse…

Tienes que saberlo… -Dijo el monje acercándose.- Todos hacemos algo por una razón, lo sabes. Solo no lo aceptas todavía.- Siguió diciéndole. Fue al mini bar que estaba en la otra habitación y sirvió dos copas de vino. Sabía que el alcohol ayudaría a aclarar la mente de su socio.



-¿Y cómo puedo "aceptar" que ya lo sé?-Pregunto él a su amigo aceptando la copa que le ofrecía. Lo miro esperando su respuesta.



Miroku lo miro también. Nunca lo había visto tan alterado. Era como si esa chica lo hubiera sacudido por completo. Como si no fuera él.

¡Y solo la había besado! Era algo difícil de creer. Pero nadie más que él estaba seguro que un beso de la persona adecuada podía derrumbar un edificio. Era una cosa poderosa.

-Muy fácil.- Le dijo el.- Yo sugeriría que la vieras de nuevo…



Inuyasha gruñó.

-¿Y cómo piensas que hare eso?- lo vio molesto.- En todo el tiempo que he viajado en ese autobús nunca la había visto! Era como si ella hubiera subido al autobús solo para que la besara Miroku… ni siquiera se su nombre! ¿Y tu sugieres que la vea otra vez? Deja ver si entendí… ¿Quieres que la espere todos los días a la misma hora en el autobús hasta encontrármela por casualidad otra vez?- Exploto el furioso.



Miro a Miroku como si fuera la persona más estúpida en todo el mundo, tenía que estar bromeando.

-Esa, querido amigo. Es una muy buena idea…- lo escucho decir el hanyou.- Lamento decirte que aunque suene ridículo, es lo que vas a tener que hacer, a menos claro que se te ocurra otra brillante idea.- Le sonrió.



Inuyasha tenía ganas de ahorcarlo. Lo único que consiguió fue aumentar su frustración y ahora estaba furioso. Y todo porque sabía que Miroku tenía razón! La única forma de verla de nuevo era esperar todas las mañanas a que al subir al autobús ella este de nuevo allí. Eso lo hacía sentir como un idiota, como un cretino.

Pero eso era, un cretino que beso a una chica en un autobús.

-Tienes razón…- Comenzó el.- es ridículo pero es lo único que puedo hacer.- termino rindiéndose. Tomo el vino hasta el fondo y suspiro.

Miroku se acerco y puso su mano en el hombro de su amigo dándole su apoyo.

-Vamos, esto tiene algo de bueno.- Le dijo el. Inuyasha lo miro confundido por sus palabras. ¿Qué cosa buena podría salir de todo esto? Miroku lo miro.- De no ser porque tienes la excéntrica idea de viajar en autobús teniendo el dinero suficiente para comprar todo el transporte público de Tokio unas 10 veces…-Siguió el sonriendo.- No la hubieras conocido.


Él lo miro sorprendido. Era cierto. De una forma extraña, arcaica y un tanto loca, era verdad.

¿Pero, como podía él ir en contra del destino?

No era tan poderoso…- Se dijo Inuyasha sonriendo ante la posibilidad de volver a ver a esa chica, que con solo un beso lo había vuelto completamente loco.
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MensajeTema: Re: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeMar Abr 06, 2010 6:22 pm

SIGUELO!!! SIGUELO!!! SIGUELO!!! ME ENCANTA!!!!!! cheers
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MensajeTema: Re: Orgulloso Amor:: (InuKag)   Orgulloso Amor:: (InuKag) I_icon_minitimeSáb Mayo 29, 2010 10:55 pm

SIGUELO!!!! esta buenisimo!!!! ^0^ espero la continuacion
porfa no nos dejes en pascuas jajajajajaja

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